El primer glaciar al que llegamos fue Fox. Esta escondido entre las montañas de la costa oeste de nueva zelanda. Como todos los glaciares del planeta, está desapareciendo a toda velocidad, con lo que el acceso es cada vez mas complicado. Hace falta conducir por carreteritas y luego andar bastante.
Y parece ser que ahora no te permiten acercarte a menos de 500m porque toda la zona es inestable (exactamente igual que antes, que te podías acercar y subir por el glaciar) y no quieren que la gente muera. El nivel de paranoia es bastante exagerado.
Parece ser que hace poco colapso la parte central completa del glaciar Franz Josef y ahora es completamente inaccesible sin helicóptero. También parece ser que empezaron a llover pedruscos de varias toneladas sobre el aparcamiento.
Así que hicimos nuestra ruta a pie para poder ver el glaciar medianamente cerca, pero resulto bastante decepcionante. Si alguien quiere ver glaciares, que vaya a islandia 🙂 Eso si, la ruta es bonita y las paredes totalmente cortadas por el hielo hacen que haya cascadas por todas partes.
Si te quedas mirando el glaciar, puedes ver como se va derritiendo. Como partes de las paredes caen al suelo. Es como mirar un congelador abierto a gigantesca escala. Es increible poder ver en tiempo real procesos naturales que deberían tardar siglos… Y da un poquito de pena también.